lunes, 3 de noviembre de 2008

Pensamientos abstractos

Es cierto que aunque el tono que quiero dar pueda parecer serio o en algún caso elocuente (ójala...) el resultado deseado es desenvocar en la carcajada de algún lector y reirse de sí mismo, tal cuál intenta este modesto redactor de tres al cuarto. Asumo esto, dado que en alguna que otra ocasión he sido yo el espectador o el malhechor que no ha deseado comprender la desdicha del un escritor que se sincera, en horas bajas. No penseís que me acabo de autodenominarme escritor, ni mucho menos. Creo que con los escritores, solamente tengo nada más que tres cosas en común: el deseo de leer, el deseo de escribir y el deseo egoísta de contar lo que me apetece. Es triste, simple, en algún caso no bien visto, y en alguno que otro incluso soéz. Explico esto porque soy inconstante, forzosa y apabullantemente imperfecto.
Metáforas aparte, entiendo y comprendo que algún lector que esté de paso por aquí, lea alguna entrada y se ría de ella: ya sea por el contenido o por la forma de decirlo. Creo que el blog no es como nuestra consciencia. Puede sucederte algo una tarde, estar malhumorado/a durante la tarde, pero al día siguiente cuando te levantas, puedes pensar de otra forma, cambiar de parecer, o simplemente haber olvidado por completo aquello que sucedió.
El blog no es así. Cuando escribes algo en el blog o en un papel o en la puerta de tu nevera, queda escrito y dictaminado. Piensas que si hubiera alguna manera de hacer perdurar ese mensaje en el tiempo, podría resistir al paso de los eones. Parece más importante por estar escrito, porque será mejor recordado que cualquier frase pronunciada, por famosa que ésta última haya sido. Este hecho demuestra que será recordado para bien o para mal, dado que cuando lees algo que no conmueve lo más mínimo, piensas que no es trascendental y tiendes a ridiculizarlo. Rianse. Rianse de todas las entradas, ridiculizenlas, encuentren el punto opuesto. Borren de un escobazo todos aquellos demonios que alguna vez nos atormentan, y rianse también de ellos. Si lo hacen o lo han hecho, enhorabuena. Si es así, puede que estemos todos más cerca de dejar de tomarnos todos tan enserio.

No hay comentarios: