miércoles, 30 de julio de 2008

After Dark...

El sol comienza a apagarse, en ese instante dónde la oscuridad empieza a caer, revelando todo el manto celeste y probablemente la magia que en éste permanece escondida. Es un instante que nos transforma químicamente, nos hace susceptibles a ciertos instintos. Despierta cosas en nosotros. Mientras no crucemos la puerta equivocada, aquella en la que es el Diablo quién se encuentra detrás, no erraremos. Esa puerta, la suma de todas las tentaciones, enseña una cara extraña del amor, representado por la lujuria más extrema, entregada por la mayor de las pasiones que trata de recuperar el aliento. Una cara que expresa la mayor de las bellezas, que sonríe a medias, enmarcada en un ambiente confuso, es lo que posiblemente acabe conmigo. Siempre he preferido ser abatido por este tipo de tentaciones, que por lo que me pueda ofrecer el Diablo. De todas maneras y como se suele decir," más sabe el Diablo por viejo, que por Diablo". No aceptaré ninguno de sus tratos, pero cruzaré su puerta para ver que tal le va. Seguro que incluso él estuvo tentado alguna vez.

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