sábado, 10 de mayo de 2008

Un paseo por el conocimiento

Mientras incubo las ciencias, la Física me dice que no haga caso a la Filosofía, que aparte de vieja, la tilda de fantasiosa y utópica. Me despido de la física con una palmada a la espalda. Sigo caminando y en la esquina me encuentro a la Astrofísica: con su vista cansada ojea las noticias en el diario del quiosco, ansiosa de descubrir nuevos alicientes y buscando aplacar su curiosidad. Paso a su lado y saludo a la niña pequeña que permanece a su lado. Le llamaron Física Cuántica por su pelo negro azabache, igual al de los agujeros que magnificó Stephen Hawking. Voy calle abajo y me encuentro a las Matemáticas con sus incontables problemas. Lo que envidio de ellas es que son resueltas y prácticas, siempre encuentran solución a todo, y siempre dan buenos consejos a los demás para que resuelvan sus problemas. Preguntan por mi salud. Les digo que estoy bien. Nos despedimos y me dan recuerdos para Biología. Biología siempre esta en su tienda cuidando sus mascotas, les encanta. Dice que todos los días aprende cosas de ellos. Al pasar por su tienda, golpeo dos veces el cristal y le saludo. Sonríe y me devuelve el saludo, acto seguido sigue atendiendo a sus pequeños amigos. Viendo lo ocupada que está, dejaré los recuerdos para otro momento. Nostalgicamente sigo paseando calle abajo. Hace un día precioso. La sensación del calor del Sol me reconforta por momentos. Me paro a mirarlo con la mano izquierda en la frente. De repente una voz de mujer dice a mi espalda: "No deberías mirarlo fijamente. Te dañaras la vista" . Me giro, y cuándo mis ojos lo permiten vislumbro su sonrisa y su belleza. Se llama Química. Siempre estuve enamorada de ella, pero jamás entendí su forma de ser. Le gusta ser solitaria. Le digo de ir a tomar un café. Ella lo agradece, pero dice que debe atender unos recados, que estaría encantada en otro momento. Nos despedimos.
Me voy acercando a casa, caminando cerca de mi barrio, mientras el Sol sigue embargando la calle con su calor, amenizando a todas la criaturas que vivimos de su cálido manto. Siempre vuelvo por este mismo sitio. Busco siempre este camino aunque no me venga bien. Quiero ver como está hoy de hermoso el jardín de Botánica. Con los gladíolos y sus espolones, sus rosas de todos los colores, los tulipanes, las flores exóticas, y sobretodo la fragancia de su jardín. Mientras paso cerca de su jardín, la veo a ella cuidando cada detalle de las flores. Mientras hago un ademán de saludar, ella sabía de mi presencia, así que me lanza una rosa blanca. Le lanzo un beso, y me coloco la flor en la solapa de la chaquetilla. Sonrío.
Llego a casa por fin, alegre de todo lo acontecido en mi camino. Abro la puerta de casa y me recibe mi hermana mayor Literatura. Me pregunta: "¿por qué sonríes así?". "Estoy aprendiendo" le contesto. Me abraza y me dice:" Tú eres la más importante de las artes y las ciencias. No lo olvides nunca".

1 comentario:

Plumas dijo...

Muy bueno.
De verdad me gusto mucho.
:D felicitaciones.