martes, 14 de octubre de 2008

Sin necesidad de imaginar

¿En qué clase de tártaro o inframundo me veo envuelto?.... Éste sin duda, a parte de ser el más inmediato para mis sentidos (metáfora de la palabra "real", la cuál no me atrevo a usar, dada la incorrecta aplicación que le solemos incurrir...) es el más cruel, el más insensato y el más irónico. Más que cualquier otro generado por el intelecto o imaginación de la especie humana. Cualquier emulación es la ínfima parte de los temores y clichés que vemos sobre esta superficie. No existe infierno agradable, y aunque aquí no se vea un gran demonio rojo, la crueldad, la muerte, la tortura, el asesinato, la enfermedad, la inanición, la vejación, el sufrimiento... Todo esto sería lo que podríamos encontrar en alguna de las adaptaciones de algún infierno, o en la interpretación de las religiones. Pero todo esto lo encontramos aquí, sin necesidad de abrir un libro y leerlo, sin necesidad de imaginar. Quizá entre todos estamos consiguiendo crear la peor adaptación de la "literatura", que por este camino acabaremos escribiendo en los libros de historia. El infierno más cercano a nosotros, formado en nuestra casa, sin necesidad de viaje espiritual. Entre todos estamos formando un infierno en la tierra, sin necesidad de imaginar. Porque el infierno...solo reside en nuestras cabezas.