domingo, 30 de agosto de 2009

Sinceramente

Conforme pasa el tiempo y la vida va sucediendo, cada vez disfruto más de las cosas "de verdad". Este "de verdad" no significa englobar ciertas acciones o actividades que cada cuál disfruta y deleita según sus estimaciones y predilecciones en la vida. Este "de verdad" habla de sinceridad y esta sinceridad me ayuda y me agrada. Es increíble como una simple conversación sincera, por poner un ejemplo, puede convertirse en el catalizador de todos nuestros males.

Cierto es que las personas mentimos inevitablemente, algunos dicen que porqué no somos perfectos y otros se empeñan en que la mentira pertenece a nuestra naturaleza.

Realmente el problema de la mentira viene cuando entramos en un conflicto con los sentimientos de los demás, cuando esa mentira que nosotros creíamos tan sumamente ínfima resulta ser una verdadera incomodidad a nuestro interlocutor, y acto seguido una vergüenza irremediable para nosotros. Pocas son las razones por las que una persona miente. El miedo siempre es la causa principal, pero a eso se añade el miedo a abrirnos a los demás, miedo a hacer daño a los demás, miedo a que los demás sepan realmente como somos y su acuciante miedo añadido de si gustaremos a los demás. Lo importante es perder ese miedo, ayudado también por empezar a ser sincero con nosotros mismos.