Escrito el 11 septiembre de 2006
Otra vez listo para enfrentarme de nuevo a todo lo anterior: "rutina", nuevas caras, caras conocidas, toda la pereza de hacer cosas que ya he hecho, y toda la pereza de hacer cosas que nunca he hecho. Deshacerse de la pereza es fácil, pero todo a su momento. Necesito tiempo para saber si lo que estoy haciendo esta bien. Necesito acumular todas esas ganas y toda esa energía, que necesito para el resto del año, como si de un entrenamiento de un deportista de élite se tratara.
A veces me dan ganas de refugiarme en mis pequeñas cosas, de las que no necesito estar seguro al 100% de hacerlas, ya que las hago porque me gustan. Simplemente no me las planteo. Son cosas que me hacen sentir bien y las hago, muchas veces acompañado,y otras con tan solo mi presencia. La verdad, es que últimamente es todo diferente. Me doy cuenta que, hay cosas que jamás cambiaría, es más daría la vida porque no cambiasen. Me da miedo la simple idea de que todo lo que quiero desapareciera de la noche a la mañana, como un sonido de cristales rotos. Pero sin embargo existen muchas otras, que borraría de tan solo un brochazo. También daría la vida porque cambiaran ciertas cosas."Mi existencia es mía" "se puede decir o pensar cuando a una persona le entra un ataque de egocentrismo, y quizá es una de las pocas cosas que podemos tener o de la que podemos estar seguros, pero a veces eso no importa. Ya no. No quiero mi existencia si es solo para sufrir. Aunque sería injusto que yo lo dijera debido a que mi situación no es una mala situación, aunque por dentro hace tiempo que no funciono como debiera.
Muchos quebraderos de cabeza, situaciones que superar, minucias a las que acabas por darle la vuelta del todo, veces que odias por odiar, veces que amas por amar. Es posible que el amor, haga mucho más daño que el odio, porque del segundo puedes alienarte si esta seguro de ti mismo y de lo que hay a tu alrededor. Pero el amor no solo es cosa de uno mismo. Es la dependencia del propio amor lo que ahoga a la gente. El no poder decir todo lo que quisiéramos decir en un solo momento o una sola palabra a todas personas que nos hacen sentir algo especial. El miedo a desnudar nuestra alma, como si esta fuera demasiado frágil para que los demás pudieran contemplarla. Y es quizá lo que todo el mundo debiera hacer, desnudarse emocionalmente a los demás. A mi, personalmente, me cuesta. Cuando lo hago explota en mi todo lo que no explotó en su momento. No quiere decir que eso siempre sea malo. Cuando explota mi lado "alegre" (por llamarlo de alguna manera) me doy la imagen a mi mismo de una cenicienta cualquiera, ignorante que sus horas de esplendor están contadas. En cambio cuando explota en mi esa apatía o lado " triste" (por ponerle un adjetivo) Surge en mi grandes olas de melancolía, que me hacen pensar que cualquier tiempo pasado fue mejor (la verdad es que odio esa frase aunque puede que a veces lo piense).
Y al contrario que me ocurre cuando estoy más animado, es que esa tristeza parece tener una longevidad que no me gusta. Pero cualquier ave de fénix nos podría contar su legendaria historia, y convencernos de que si luchas (contra todo aquello que no te gusta y luchas por cambiar, incluso a ti mismo) puedes ganar o perder, si no, ya perdiste antes de saberlo. Quizá es esa minúscula fuerza la que nos haga tan grandes a las personas. Nuestro afán por luchar por aquello que amamos y creemos.
